sábado, 16 de enero de 2010

LA LUCHA VECINAL CONTRA LA TASA DE BASURA: ALGUNAS ENSEÑANZAS

Como se pudo leer en una pancarta exhibida en alguna de las múltiples manifestaciones vecinales contra la imposición de los parquímetros en los barrios periféricos de Madrid, parece que habría que agradecer a Gallardón el que haya despertado al movimiento vecinal del letargo en que se encontraba sumido desde hace largos años en Madrid.

Si aquella lucha llegó a ser conocida más allá de los límites de la ciudad e incluso traspasó las fronteras, la imposición arbitraria de la nueva tasa de basura, con el único fin de sanear un poco las maltrechas arcas municipales, ha levantado de nuevo a los vecinos madrileños, como no estábamos habituados a ver. De las movilizaciones que se han llevado a cabo semanas atrás podríamos empezar a sacar algunas enseñanzas.

  1. Frente a las agresiones del poder, sigue existiendo en Madrid una capacidad de movilización y respuesta vecinal, que, sin dejar de reconocer que es manifiestamente mejorable, ha adquirido unos niveles notables: Unos 5.000 manifestantes en cada una de las dos movilizaciones en la calle, muchos miles participando en asambleas informativas; miles de recursos y aplazamientos de pago también; y más de 100.000 firmas recogidas. Es el balance hasta ahora conocido.
  2. Se ha podido ver que cuando hay decisión y trabajo continuado, sea por convencimiento propio o por tratar de “estar a la altura” de ciertas circunstancias, se multiplica por 10 o más el seguimiento vecinal hacia las campañas que realizamos. Los poderosos medios con que cuenta el poder hacen que los vecinos duden, a menudo, de si la lucha valdrá o no para algo; pero cuando no dudan del fracaso es si observan falta de convencimiento en sus dirigentes, y en estas circunstancias el seguimiento es nulo.
  3. Abundando en esta idea, hemos podido observar que una veintena de asociaciones vecinales ha logrado similar capacidad de convocatoria que toda la Federación entera, lo que demuestra que lo que mueve a los vecinos cuando hay un problema es la decisión, entrega e ilusión de los activistas que son capaces de involucrar a sus vecinos.
  4. También se ha constatado que los apoyos que fueron recabados en las últimas semanas por parte de importantes organizaciones sindicales y políticas madrileñas parecían más en la idea de dejar claro que no apoyaban la manifestación del 28 de octubre, que en el apoyo real a la concentración del 15 de noviembre, pues, salvo algún que otro representante aislado, sólo acudieron las bases de las asociaciones de vecinos convocantes.
  5. Las organizaciones vecinales que estamos impulsando esta lucha y convocamos las recientes movilizaciones, tenemos la responsabilidad de continuar con la lucha, con los medios más acertados que permitan, al menos, mantenerla en los niveles alcanzados, y realizar acciones que obliguen a los responsables municipales a retirar esta tasa injusta. De no hacerlo, los vecinos que nos han seguido se sentirán legítimamente defraudados, y sumiremos en una profunda desmoralización a un movimiento vecinal que parece querer volver al puesto que nunca debió abandonar en la lucha social.