sábado, 25 de abril de 2009

Ayuntamiento de Madrid: Más deuda, más impuestos, pero no mejores servicios

Los vecinos de Madrid tenemos que pagar 864.000 euros al día hasta 2040 por la remodelación de la M-30.
Según un informe de la Comisión de Vigilancia y Seguimiento de la Gestión Integral de la M-30, el coste final de esta vía será de 10.400 millones de euros, desmintiendo, de esta forma, las informaciones interesadas que al respecto han venido proporcionando desde el Ayuntamiento de Madrid ya que nunca han admitido un coste superior a los 4.800 millones de euros.
La agencia de calificación financiera Standard and Poor’s ya ha rebajado de “estable” a “negativa” la solvencia financiera del Ayuntamiento a causa de la ampliación de la M-30. La crisis general ha destapado con mayor antelación la verdadera dimensión del disparate económico que supone esta obra y las gravísimas hipotecas con las que nos tendremos que enfrentar durante los próximos 35 años.

El destino de la deuda

La deuda municipal de la ciudad de Madrid alcanzará en 2009 los 7.300 millones de euros, según los presupuestos previstos por el Ayuntamiento. Esa cifra supone el 25% de la deuda global de todos los ayuntamientos españoles, claramente desproporcionada cuando la población de Madrid no llega al 7% de la población nacional. Pero lo más grave de la deuda es en qué ha gastado. Básicamente en grandes obras especulativas y en grandes infraestructuras que fomentan el transporte privado. El problema es que esa deuda no se ha inflado para crear una red sólida de equipamientos y programas sociales que sería un colchón en época de crisis para “los que menos recursos tienen”. La deuda se ha originado en grandes proyectos de carácter eminentemente especulativo cuyos principales beneficiarios han sido las grandes constructoras y la banca, pero no los vecinos de Madrid.

A pesar de que la deuda se intenta disfrazar y ocultar traspasándola a los organismos y empresas autónomas municipales, como la EMT, incrementa su peso sobre el presupuesto reduciendo drásticamente las posibilidades de inversión y gasto. Así, las inversiones en el presupuesto municipal de 2009 se reducen un 27% (250 mill. menos que en 2008), con el agravante de que mientras las inversiones en equipamientos básicos descienden un 50% y representan menos de la sexta parte que en 2006), se aumentan los gastos suntuosos, como el arreglo del Palacio de la Cibeles, o no prioritarios, como la candidatura para los Juegos Olímpicos, todo para mayor gloria del Sr. Alcalde.


Pago de Intereses por la Deuda del Ayuntamiento de Madrid

Diarios Totales
2004 201.191 euros 73,2 mill. de euros
2008 747.510 euros 272,8 mill. de euros
2009 893.963 euros 326,3 mill. de euros

Inversión del Ayuntamiento de Madrid en Equipamientos
En millones de euros %

2006 511
2007 219 -57,1%
2008 159 -29,7%
2009 79 -50,3%


La inversión del Ayuntamiento de Madrid va a aumentar en 554 millones de euros gracias al Fondo Estatal de Inversión Local pero, una vez más, la mayor parte no va a ir destinada a equipamientos sociales sino a grandes obras y reformas urbanísticas que no son prioritarias ni van a generar empleo estable. El Consistorio ha dado prioridad a la Operación Río, a las reformas de Recoletos, Serrano y múltiples calles del centro en un alarde, ya muy conocido, de levantar y volver a poner las aceras. Tampoco se va a aprovechar esta inyección de dinero para descentralizar la gestión pues las Juntas de Distrito van a ejecutar una parte ínfima de las obras previstas en este Plan. En torno al 5%.

Más impuestos

La otra consecuencia del incremento de la deuda es el aumento de los impuestos a la mayoría de los vecinos de la capital. Pagaremos 365 millones de euros más. Cada vecino pagará una media de 130 euros más que en 2008. Solo la nueva tasa de basuras supondrá 168,3 millones de euros de nuevos ingresos para el Ayuntamiento, siempre según su previsión. Este nuevo impuesto es progresivo según el valor catastral de las viviendas, hasta las valoradas en 150.000 euros. A partir de esa cantidad se acaba la progresividad, paga igual una vivienda de ese valor que una de un millón de euros.

La “contribución”, el IBI, ha subido una media del 15%, que hay que sumar al 130% que ya subió los últimos años.

La recaudación de las Tasas se incrementa un 30%. Por ejemplo, la grúa un 30%; el precio de las multas ha subido un 53,7% (se pretende recaudar un 114,7% más que hace dos años).
Tal afán recaudatorio solo es comprensible si se tiene en cuenta que Gallardón ha dejado vacías las arcas municipales.

Pero mientras se castiga a los trabajadores a las empresas no se les exige lo mismo. Las empresas se ven gratificadas con una reducción de 116 mill. de euros en la tributación municipal.
Se bonificará el 25% del IAE a las empresas con pérdidas.

Más impuestos con peores servicios

El incremento del gasto, a través de una mayor deuda y el aumento de los impuestos, no se ha destinado al aumento y mejora de los servicios públicos que debería corresponderse con el crecimiento de la población. Por el contrario, la tendencia municipal, en connivencia con la regional, es a recortar derechos y deteriorar la calidad de los servicios. Algunos ejemplos pueden ser la eliminación del servicio de mediación intercultural, el retroceso en las condiciones de las escuelas infantiles, tanto laborales para sus trabajadores como educativas para los niños, la amenaza de recortes drásticos en los servicios de salud mental en los centros de salud municipales, o los constantes retrasos y averías en el Metro por falta de inversión adecuada en el mantenimiento de un servicio vital para la ciudad.

Esta política municipal que hace recaer sobre los trabajadores el peso de una deuda de la que, además, no son sus principales beneficiarios, sólo puede tener una respuesta por parte del movimiento vecinal: la denuncia constante y descarnada. No se puede aceptar que los barrios languidezcan mientras se saca brillo, con nuestro dinero, a las zonas ricas y a unas instituciones cada vez más alejadas de las necesidades reales de la mayoría de la población. Es necesario preparar y organizar la lucha contra la política del alcalde y el PP aglutinando a todo el movimiento vecinal, y vinculado con el movimiento obrero, en torno a un programa que dé absoluta prioridad al gasto social. Es hora de acabar con el subdesarrollo social y el centralismo destructivo que padece nuestra ciudad. Solo a través de nuestra organización y la movilización podremos cambiar el rumbo de una institución cuyo principal objetivo es despejar el camino a las grandes empresas para que campen a sus anchas. El futuro de los barrios madrileños depende de que los vecinos, los trabajadores y trabajadoras, seamos capaces de defenderlos poniendo en marcha un movimiento de base democrático que aglutine la fuerza necesaria para hacer de nuestra ciudad un lugar habitable, verdaderamente democrático y en el que sean respetados escrupulosamente todos los derechos democráticos, sociales y laborales.

1 comentario:

Lourdes Barroso dijo...

Completamente de acuerdo. Estamos pagando los delirios de grandeza del nuestro alcalde. El tiro le ha salido por la culata, el esperaba estar diputado o candidato a la presidencia cuando esta debacle emergiera, ahora le tocará comerse el marrón que el mismo ha fabricado y a nosotros sufrirlo.